En nuestro país son frecuentes los errores en las actas del Registro Civil, pues las improvisaciones a la hora de declarar un recién nacido abundan, sobre todo, por el grado de educación de los padres y/o declarantes, así como la inobservancia que acusan muchos empleados de la autoridad administrativa encargados de hacer los registros.
La rectificación demandada directamente a los tribunales, como resultado de errores u omisiones más frecuentes son las relativas a los yerros de ortografía, o la emisión de un título nobiliario o de una partícula.
Los errores materiales en la redacción de las inscripciones, los que ocurren aunque se tenga el cuidado que amerita la situación. Son cada día más abundantes el número de extranjeros cuyos apellidos suelen anotarse con faltas ortográficas. Además se cometen yerros al cambiar el orden de los apellidos de los padres.